La violencia de género en línea es real
por Sara Fratti
Entrada de blog publicada originalmente por Animal Político.
Latinoamérica es una región con altos índices de violencia de género, donde la mayoría de mujeres han sido víctimas de delitos relacionados, como feminicidio, violaciones, acoso, entre otros. En los últimos cinco años, hemos visto un aumento significativo en los casos, por ejemplo en el 2017 se registraron más de 2,700 mujeres asesinadas en la región según datos de CEPAL. Sin embargo, la mayoría de casos aún siguen en la impunidad por la falta de compromiso por parte de los gobiernos de desarrollar políticas públicas integrales enfocadas en la prevención y reparación del daño. Por otro lado, la tecnología digital ha sido utilizada como una plataforma para promover el respeto de los derechos y exigir justicia mediante la organización de varios movimientos feministas, online y offline, como #MeToo, #NiUnaMenos, #MiPrimerAcoso, #NoMeCuidan y las movilizaciones masivas del 8M en varios países, entre otras.
Sin embargo, Internet es un nuevo territorio de disputa, donde muchas mujeres sufren nuevos tipos de violencias; como la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, acoso y amenazas entre otras. Frente a estos nuevos desafíos que viven las mujeres en la región, la Iniciativa por los derechos digitales en Latinoamérica (Indela) decidió apoyar a organizaciones que trabajan para analizar el impacto de la violencia de género en línea, e incidir en la regulación para mejorar la vida de las mujeres en diferentes países.
México es uno de los países con los índices de violencia de género más altos de la región, donde más del 60% de las mujeres han sufrido algún tipo acoso digital, según datos de INEGI. Como respuesta a esto, existe una tendencia punitivista, que busca regular y sancionar algunos delitos relacionados a la violencia digital, especialmente la intimidad sexual, a nivel estatal y nacional.
¿Pero dónde estamos ahora? La organización Luchadoras, realizó una investigación a profundidad de los delitos incorporados a los Códigos Penales sobre violencia en línea aprobados en 18 estados mexicanos. Sin embargo, se identificó que la existencia de regulación sobre estos delitos no garantiza el acceso a la justicia y la mirada punitiva no es la única solución para atender estos desafíos. Por ejemplo, registraron que en los últimos tres años se han presentado más de 2000 denuncias por el delito de difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, no obstante, el 83% de las carpetas de investigación aún sigue en trámite, 24 casos han sido abiertos a causa penal y únicamente se han emitido cuatro sentencias. Durante este proceso, encontraron que aún no existen los protocolos de atención a víctimas, lo cual se refleja en la alta cantidad de denuncias frente a los pocos casos resueltos.
La implementación adecuada de estas reformas normativas y el acceso a la justicia trae consigo diferentes desafíos. En este marco, la organización Cultivando Género, está promoviendo una mirada integral en el acompañamiento a víctimas de violencia de género en Aguascalientes, México. En los próximos meses, desarrollarán guías de atención a víctimas en conjunto con establecimientos educativos y autoridades, desde una mirada de derechos humanos que permitirán un mejor proceso de implementación de las leyes en la materia.
En Perú desde el año 2018, se incorporaron algunas tipologías de la violencia de género en línea como la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, acoso, acoso y chantaje sexuales en la normativa penal. Como consecuencia, Hiperderecho analizó con una mirada feminista y de derechos humanos a los obstáculos legales que enfrentan las mujeres y personas LGTBQ+ que han sufrido algún tipo de violencia en línea al momento de exigir justicia. La organización concuerda, al igual que sus pares mexicanas, que las normativas penales no son la única solución para erradicar la violencia de género en línea. Se considera necesario también desarrollar mecanismos adecuados que busquen la protección, reparación y bienestar de las mujeres.
Por otro lado, la organización paraguaya TEDIC, también apoyada por Indela, está desarrollando la campaña “La Violencia Digital es Real” para comprender en qué consiste la violencia de género en línea y visibilizar sus efectos en la vida de las mujeres. Además, genera entendimiento sobre un caso emblemático de violencia de género en línea e ilustra sobre la falta de independencia judicial y acceso a la justicia en Paraguay.
La pandemia del COVID-19 aumentó las desigualdades entre las mujeres, así como las denuncias sobre hechos de violencia de género, offline y online. La violencia de género en línea aumentó significativamente porque ahora gran parte de nuestra vida e interacciones son a través de la tecnología digital. El descontento generalizado frente a la violencia contra las mujeres es un malestar que también se traslada al contexto en línea. Los desafíos cada vez son más grandes y para erradicar la violencia digital es importante desarrollar leyes, políticas públicas y mecanismos integrales de protección y reparación a mujeres en el entorno digital. Además es urgente promover que Internet sea un espacio seguro para el ejercicio de sus derechos de las mujeres y personas LGTBQ+. Los efectos de la violencia de género en línea son reales.